martes, 26 de abril de 2011

Aracne

Siempre que te vi
mi Aracne
estabas hilando una fina
madeja
de olor moscado
que surgía de tu boca,
esa boca candente
que muchos hombres besaron
porque siempre fuiste para mi
la definición exacta del amor,
de la entrega,
de ese sexo que solo se ejecuta
bailando eternamente un bolero
frente a un malecón en la Habana,
esa Habana que siempre idealizaste
mientras fumabas en el patio de mi casa.
Como Aracne,
es un laberinto árboreo
tu santuario,
solo yo lo he hallado,
solo yo lo merezco
porque tu me creaste
con tu humo bendito.
Se que frente a un malecón
un día hallaste
tu designio
de sabia,
antes los hilos que pasaban por tus manos
eran los de un telar,
con ello alimentabas
los cuatro hijos de tu pasión,
pero esas manos que ahora palpo
llenas de historias y quemadas como el tabaco de tu boca
estaban hechas para la sabiduria.
Tu padre halló tu nombre
en un libro
rincón de Sofía
y una araña que colgaba en el techo
lo mordió
dándote esa savia.
Tu padre corrió
como todos en este país
eres hija de la violencia
del Caos
pero también de la paz
y de la Pacha Mama.
Se que me concebiste
con muchos padres
si todos estan en el altar
de tu santuario
pero se que la mujer
me parió,
esa mujer
que es wicca,
diosa,
natura,
madre,
luna,
gestadora,
amante,
eterna renegada.
La Iglesia te denostó
y tu amor eterno
te hace abnegarte a ella,
y todos los días te arrodillas,
y un rosario cuenta tus días.
Yo me arrodilló ante ti
hoy
porque se
que amo a las diosas
porque una me concibió.
Aracne
acá está Teseo
dame la espada
para matar al Minotauro,
y las alas
para adorarte en tu Olimpo

Mi Aracne y yo.

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