¿Como sonará perderse en los callejones de la locura, que son los mismos callejones de esa adicción llamada música?
Derretirse entre guitarras, pianos y callejones de New Orleans, que en nuestro entierro suene un organo de fuelle y resurgir en el Hades con trash metal, sin que nos abandonen esos sonidos previos que nos mataron con placer.
En ese fuego infernal (O Solar, Solefald significa Ocaso) de Solefald se funden estos elementos, como si se asistiera a un culto musical, con ese organo siempre omnipresente y esos coros hipnóticos, todo en un flujo volcánico.
Es imposible no sentirse Avant-garde después de escuchar este album que los cerrados en estupidos dogmas (se supone que el metal significa separarse de los dogmas y resulta ser el genero con más puristas y cerrados que se distribuyen peor que los cristianos)simplemente ignoran.
Bienvenidos al post-black metal.
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