En una camioneta
cuya negra carpa
cubría
el eterno verde oliva
de una Grecia anodina
en una tarde cualquiera
el oscuro sale contento
dejando a la pálida niña
irrigando carmesí entre sus piernas
tomando ese líquido impedido por años
la niña dibujó un cuadro
el día
que el verde
se tornó rojo en su vida
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