Todo lo que se diga sobre este álbum es valido y nunca exagerado, el arte es arte cuando genera diversas opiniones y puntos de vista.
No es perfecto, pero si sublime, se podría recalcar que la voz de Kobi Farh es idéntica a la de Mikael Åkerfeldt (tal vez por eso Steven Wilson les habría producido su siguiente álbum, aunque creo que ese factor no influyó sino el factor talento).
No fueron la primera banda que fusionó lo oriental con el metal, ni la primera banda de metal que generó controversia por haber salido de la aguerrida zona del Medio Oriente, se nota que tomaron influencia de sonidos occidentales, pero la inmersión de la instrumentación típica de su nación y el uso de su lengua madre genera una atmósfera cinematográfica propia de todo drama poético de esas tierras, esos extractos me conmueven, gracias a la labor de la voz de la diosa Shlomit Levi y de los músicos, en especial del versátil Yossi Sassi Sa'aron.
Muchas mentalidades cerradas los acusan porque este álbum presenta una religiosidad notoria, pero , como he mencionado antes con obras de Virgin Black y Fraction, cuando lo religioso da paso a lo espiritual las críticas sobran y son sinónimo de dogma.
Para terminar, este álbum no puede ser escuchado por sus 2 sencillos promocionales, debe ser escuchado, como toda obra de música progresiva y álbum conceptual de principio a fin, desde la voz de los niños corriendo hasta el sonido del mar al final, para mi simbolizan el crecimiento de una obra que tuvo que zarpar de sus tierras asesinas hacia los océanos de este planeta, y demostrar otra forma de contar historias, en fin, un hito este Mabool.
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